Mi nombre es Momade Ussene. Soy funcionario de la asociación católica y voy a hablar de la realidad de mi país.

Yo mismo me he encontrado con varios casos en varias comunidades. Mi país todavía necesita un número aceptable de escuelas secundarias, principalmente en las zonas rurales. Incluso cuando hay algunos estudiantes, a menudo dejan de ir a clases debido a la distancia a la que deben desplazarse.

Los hermanos Miguel, de 16 años y Albertina, de 14 años viven en una comunidad cercana a Miruthu, en el distrito de Namachilo. Todos los días recorren más de trece kilómetros a pie para tener acceso a la educación secundaria. Debido a la distancia y el tiempo que pasa entre su casa y la escuela y viceversa, tienen hambre y cansancio. La mayoría de los alumnos que afrontan esta dificultad acaban abandonando sus estudios.

Como consecuencia, las niñas y sus hermanos por falta de condiciones y en algunos casos por tradiciones culturales buscan el matrimonio prematuro. Al ver que no tienen otras actividades durante el día, los hombres las solicitan para tener relaciones sexuales, lo que conduce a un embarazo precoz. Los muchachos se refugian en la caza furtiva, la excavación de oro y, en ocasiones, al no poder continuar sus estudios terminan yendo a regiones donde hay algún desarrollo para poder cometer delitos menores. Como una forma de apelar al gobierno de Mozambique y a la cooperación internacional, el país necesita un número aceptable de escuelas de nivel secundario en todas las regiones del país, ya que todos los ciudadanos tienen derecho a la educación.

Mi país tiene un número elevado de personas que no saben leer ni escribir (analfabetos). Con escuelas en todas las comunidades del país mejoraría el número de personas en el país con formación académica. Reduciría el número de niños involucrados en la caza de animales, la excavación de oro, el matrimonio e incluso el embarazo temprano. No solo eso, en cuanto al medio ambiente ayudaría en la conservación de los animales.

Traducción de: Sheila Gálvez