Soy Silmara, tengo 26 años y vivo en el quilombo Monge Belo.
La comunidad tiene 120 familias y 7228 hectáreas, con ocho comunidades asociadas, y está situada en el interior de Maranhão.

Una gran parte del territorio se encuentra inundado, que es donde pescamos para consumir y también para vender.
Con la llegada de una empresa de líneas de transmisión, la comunidad acabó perjudicada.

Ya que los daños causados por la construcción de las torres en la zona, han reducido mucho el número de peces. La otra parte de la selva la utilizamos para cultivar nuestros alimentos como la yuca, el maíz, el arroz, la sandía y otros.

Hace poco nuestro quilombo fue invadido por personas que dicen ser los dueños de la tierra. Entraron en nuestro quilombo haciendo marcas, diciendo que estaban dividiendo la parte que supuestamente les pertenece.

Aunque solo disponemos del decreto de la Fundación Palmares de Brasil, que no garantiza una protección total contra los intrusos, nos alegramos de que se haya iniciado el procedimiento de expropiación. Esperamos obtener un título de propiedad que nos permita convertirnos en los legítimos propietarios de nuestras tierras y estar protegidos frente a cualquier intento de   confiscación o usurpación de nuestro territorio.

Traducción: Mónica Hurtado